Hace unos meses aprendimos a elaborar leche de avena. Enumeramos algunos de sus múltiples beneficios, pero es importante señalar que éstos no se limitan únicamente al ámbito alimentario ya que aplicada sobre nuestra piel tiene propiedades muy interesantes.
Árabes y egipcios ya usaban la avena como cosmético desde el año 2000 a.C. Los griegos y los romanos se bañaban en ella para cuidar su piel. Incluso hoy en día la avena es utilizada por muchas firmas de belleza por sus propiedades cosméticas.
Los productos que contienen avena se pueden utilizar generalmente sobre todo tipo de pieles, a excepción de las que sean alérgicas a éste cereal. Siendo muy aconsejable para personas con pieles delicadas.
Veamos a continuación algunas de sus principales propiedades dermatológicas:
- Aporta una sensación relajate y suavizante.
- Hidrata, calma irritaciones y reduce el picor.
- Sus partículas absorben los residuos celulares y la suciedad respetando y cuidando la estructura cutánea.
- Ayuda a mantener el pH de la piel en 5,5 gracias a sus proteínas.
- Mantiene una barrera protectora frente a las agresiones externas.
Para elaborar ésta mascarilla tan sólo necesitaremos:
- 2 cucharadas de copos finos de avena o si se prefiere molida.
- 1 cucharada de miel. Si la miel es muy espesa podemos añadir una pequeña cantidad de hidrolato de rosas, infusión de manzanilla, agua mineral o agua destilada.
Mezclaremos en un bol todos los ingredientes y aplicaremos, sobre la piel limpia, con movimientos circulares y suaves evitando la zona de los ojos y labios. Dejaremos actuar unos minutos y a continuación retiraremos con agua tibia o fría. Al finalizar el proceso secaremos a golpecitos, tonificaremos e hidrataremos el rostro con los productos habituales.
Nota. Se puede usar como exfoliante corporal.
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